lunes, 28 de noviembre de 2011

Universos paralelos.

¿Nunca se te cruzó por la cabeza que hubiera pasado si hubieras tomado otra decisión en determinada cosa? Todo el tiempo, a cada momento, en cada segundo tomamos decisiones, desde tomar agua, jugo o coca, hasta ir a estudiar o no. Entonces, ¿Qué pasaría si hubiera varios universos paralelos, en los que en vez de las acciones que realizamos a cada minuto hubiéramos tomado otra de las miles de posibles decisiones? Esto daría una innumerable cantidad de universos, en cada uno de ellos podría haber varios vos mismo. Podrían variar a tal punto que podría haber desde un yo mismo con barba, con el pelo corto, hasta un yo mismo que viviera en otro país, estudiara matemáticas y estuviera casado. Podría haber un yo mismo que este preso, otro que sea famoso, otro presidente, otro asesino y algún que otro yo inimaginablemente distinto a mí. Quizá en algún otro universo este muerto, quizá salve al mundo, quizá sea un vago,  quizá homosexual, quizá sea sacerdote o sin problema ser astrónomo como de niño soñaba.
Todo esto depende de nuestras decisiones, por eso es tan importante CADA decisión que hacemos, desde estudiar media hora más para un examen en el que en otro mundo no tendríamos que darlo, o en vez de media hora estudiando ir a ver a un amigo que en otro mundo está muriendo. Lo que importa es el mundo en que vivimos, no nos importan los otros yo paralelos, nunca los conoceremos y no interferimos en sus vidas posiblemente, a menos que cada vez que debemos hacer algo se crearan dos o más universos mostrando las diferentes opciones que podríamos haber tomado. Eso sería una locura, pero podría ser posible. Pensemos egoístamente, ya que nuestros otros yo no deben ni pensar en nosotros, o quizá otro yo este leyendo esto, que esté escrito por otro vos en vez de otro yo, quizá sea el receptor no el emisor, y no piense egoístamente, por ende a partir de ahora calculara fríamente todas las posibles soluciones a un problema, nadie lo sabe. Lo que si se, es que mi universo es el que veo y siento, no el que pienso e imagino, a causa de esto debería actuar de la forma que más me convenga a mí y a los que me importan, y a los que me hagan mal dejarlos en su inmundicia y miseria en vez de vengarme. No ganamos nada con pensar e imaginar sobre qué pasará en el futuro, como voy a ser, si voy a triunfar, si encontraré la felicidad, si el verdadero amor puede ser eterno o solo es un golpe de pasión que dura a lo sumo unos años, si luego de morir veré a mis antecesores, si existe Dios o quién nos creó. Lo que importa es el presente, el pasado nos influye pero el presente está ahora aquí, al lado mío, al lado tuyo, esperando nuestras decisiones para escribir en las hojas de historia de nuestro universo propio.
 

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