domingo, 13 de enero de 2013

Contradicción voluntaria



Prometiste el paraíso y sin embargo desataste el tártaro en mí.

Apostaste todo por una carta de dos corazones usando fichas falsas.

Juraste una y mil veces que cuidarías de un cristal que bombeaba sin cesar.

Cuando tuviste que usarlo para escapar rayando un vidrio lo usaste sin dudar.



Prometer, apostar y jurar son sólo palabras si no se tornan hechos.

Escribir poesía barata todos podemos, sólo rimamos y mezclamos.

He escuchado sílabas mudas, oscuras y vacías a montones.

Letras pegadas que jamás podrían ser acciones si no tienen intenciones.



Las cosas cambian como el tiempo y nada es para siempre.

“No hay rencores, ya todo está bien.” “Nadie ha hecho nada a nadie.”

Frases dichas por culpables egoístas desalmados en su afán de sentirse impunes.

No deseas mal a nadie sin embargo sos feliz sabiendo que no son inmunes.



Sigues pensando cómo todo mutó de esa forma en un instante,

Dejas de pensar en una solución para el problema, ya no la tiene.

Te rindes de rodillas ante una muchedumbre en tu pared vacía.

La noche se come al día, dejas de sentir tu corazón que antes latía.

Ferchu Fernández

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