Prometiste el paraíso y sin embargo desataste el tártaro en
mí.
Apostaste todo por una carta de dos corazones usando fichas
falsas.
Juraste una y mil veces que cuidarías de un cristal que
bombeaba sin cesar.
Cuando tuviste que usarlo para escapar rayando un vidrio lo
usaste sin dudar.
Prometer, apostar y jurar son sólo palabras si no se tornan
hechos.
Escribir poesía barata todos podemos, sólo rimamos y
mezclamos.
He escuchado sílabas mudas, oscuras y vacías a montones.
Letras pegadas que jamás podrían ser acciones si no tienen
intenciones.
Las cosas cambian como el tiempo y nada es para siempre.
“No hay rencores, ya todo está bien.” “Nadie ha hecho nada a
nadie.”
Frases dichas por culpables egoístas desalmados en su afán
de sentirse impunes.
No deseas mal a nadie sin embargo sos feliz sabiendo que no
son inmunes.
Sigues pensando cómo todo mutó de esa forma en un instante,
Dejas de pensar en una solución para el problema, ya no la
tiene.
Te rindes de rodillas ante una muchedumbre en tu pared
vacía.
La noche se come al día, dejas de sentir tu corazón que
antes latía.
Ferchu Fernández
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