lunes, 29 de abril de 2013

Clima del ánimo.


Él había nacido en un mundo lleno de catástrofes naturales, pero tuvo la suerte de que en su ciudad no había problemas de relativa importancia relacionados al clima. Su niñez tuvo en su mayoría días soleados y noches con cielo abierto que dejaban relucir al máximo la bóveda celeste.  Algún día que otro lluvias de todo tipo, desde lloviznas hasta tormentas, afectaron el clima típico de su país. Pero él era un niño inocente, su atención no era captada por las pérdidas que las tormentas y el granizo provocaban al destrozar cultivos y cosechas.

Casi dos décadas de clima moderadamente apto para el bienestar hubo en su ciudad natal, hasta que un día una tormenta azotó con todo a su país, dejando múltiples heridos y dando lugar a pérdidas irrecuperables.  Esto afectó la economía y la vida normal de la ciudad en la que él vivía, aún así encontró una forma de escaparse de estos problemas, no era la solución pero sí una forma de aliviar el resultado de ésta crisis.  Éste método de “escape” es inestable, puede ayudar mucho a los que consiguen dominarlo, pero también puede llevar a la ruina a todas las ciudades que lo utilicen. Era un método que todos querían sea aplicado en sus ciudades. Algunos ni siquiera conseguían entenderlo, otros fallaban en la práctica, algunos “suertudos” podían usarlo por un determinado tiempo sin fallas hasta su inminente caída y pocos bendecidos podían usarlo eternamente. El único percance que le encontraban algunos, era la “dependencia” con otra ciudad que éste implicaba, era casi como vender el alma al diablo en el caso de que no fuera exitoso. Obviamente, si era exitoso era como vender el alma a Dios, llegar a conseguir lo que el resto anhelaba era algo digno de sentir superioridad ante los demás.

El tiempo pasó, la ciudad parecía brillar más que nunca, pero toda luz junto a un cuerpo genera sombra inevitablemente. Y fue así como la ciudad en la que él vivía cayó lentamente, el clima había mejorado un poco en ese período, pero los altibajos provocados por la falla del método llevaron a la desesperación a todos sus habitantes.

Durante el apocalipsis del pueblo, él trabajó en un informativo dando el reporte del clima, un desafío para él era adivinar cómo todo estaría el próximo día. Casi siempre decía que el día estaría soleado, muy soleado, aunque en realidad fuese a llover, haber tormentas o granizo. Aún así, no lo despidieron por dar una idea optimista cuando todo estaba o iba a estar mal. Todos al creerle dejaron de ver lo obvio y escuchaban las mentiras que andaban por la vuelta, de ésta forma la caída total del país se volvió inevitable, más de lo que antes se creía. La ciudad en la que él nació conectaba al resto del país, por ende, si ésta caía, el país sufriría consecuencias.

Él intentó volver a usar el método en su ciudad, no lo logró, las otras ciudades quizá sentían su vulnerabilidad y por esto se aprovechaban de ésta, que cada vez terminaba más y más al borde del abismo.
Los que no pueden más, se van. Así parece, la ciudad terminará siendo abandonada por un disparo de errores, al estar vacía y dejar de ser mantenida de pronto las construcciones empezarán a caer, llevándose consigo toda vida de cualquier tipo restante en dónde antes había una bella y próspera ciudad.

sábado, 6 de abril de 2013

Difícil despertar.




Desperté exaltado ante semejante pesadilla, retazos de espanto seguían esparcidos por mi mente, mientras que mis ojos se despegaban lentamente. Un sonido agobiaba mis sentidos, retorcía mi audición, tal si escuchase fuertes alaridos. A rastras, llegué hasta donde se encontraba el osado monstruo que irrumpía en mi descanso, deseando morir en el intento, sangrando más y más a cada momento.
Los números decían que ya debía movilizar mis huesos, lo cual creí imposible, no los podría mover si antes no reaccionaban mis sesos. Me sentía un GPS mal configurado, totalmente desorientado, mientras el maldito sonido seguía dejándome más y más atormentado.
Caso omiso hice al frío del invierno, ya que en ese preciso momento estaba como alma en pena en el infierno, aunque creyéndome afortunado. Poco a poco, estaba más próximo a mi objetivo, el fin de todo esto pensé era definitivo. Jugué todo al rojo apostando a la pereza, luchando contra mareas y vientos neuronales usando mi destreza; ya casi nada me faltaba para la meta. Iba pensando que al llegar me sentiría como Otto Rocket con su patineta. Tristemente, en realidad me parecería más a un tipo jugando al tenis con una chancleta. Feliz por jugar, aunque no sabía de la forma en que todo iba a terminar.
El grito agudo y desgarrador al presionar un botón había cesado, creí que todo había terminado. Sin embargo, estaba errado, no me había dado cuenta por torpeza, inconsciencia o porque soy despreocupado, que la pesadilla recién había comenzado.

lunes, 18 de febrero de 2013

Carta sin filtro de un adiós.



Sos alguien que siempre está feliz, que nadie piensa que está mal, como algunos escondés las cosas hasta desbordar. Una persona que por simple que sea esto, en este mundo ya no es muy normal, jamás escuché hablar mal de otra pero a la vez era sincero. Me pongo a pensar… ¿Realmente te conozco? Quizá simplemente salimos por ahí a divertirnos, hablamos de cosas superficiales y de alguna que otra de interés, pero nunca de lo que realmente sucede dentro de cada uno.

Hay cosas que a veces no se ven venir, ésta es una, sólo me acuerdo que ayer por alguna extraña razón toqué por una hora “Don’t look back in anger”, tema de Oasis que aprendí porque íbamos a tocar juntos y nunca pudimos juntarnos a ensayarlo. Posiblemente sea coincidencia, pero aún así me hiela la espalda mientras escucho un tema llamado “How to dissapear completely” estar escribiendo puras letras que quizá no sean leídas.

Alguien que en cuerpo no está, pero en una parte de nosotros siempre va a estar. Tal vez no éramos los mejores amigos, quizá no tuvimos el tiempo de conocernos para ser más amigos aún y yo creo que fue eso, relativamente poco tiempo te conocí. Pero sé que tus más amigos a los cuales conozco a muchos son personas excelentes que, en su mayoría como a mí, una de las cosas que los unía hacia vos es el gran amor por la música. La omnipresente música, la cual te acompañó hasta el momento en que dejaste este mundo.

No hay nadie a quién culpar, por lo que veo la mayoría de tus amigos por más que no comparten lo que hiciste no te guardan rencor, si es lo que querías por más que no sea lo correcto lo acepto, no comparto pero acepto. Lo que sí me arrepiento es por las típicas boludeces no podernos haber juntado, hacía ya un tiempo largo no te veía, siempre dejando todo para después. Creo que la última vez que te ví fue cuando te di la púa del hard rock café, hace ya bastante de eso…

Vas a vivir para siempre en la memoria. Desde esas veces en que me ayudaste con unos temas, en especial mi primer tema el cual tiene una parte de vos grabada para siempre, hasta las veces que nos juntamos a tocar temas de grandes bandas como oasis, los Beatles y los red hot chili peppers. Esas noches en el astillero cuando hacías lo que realmente amabas, se te veía feliz, y así es como hay que recordarte.

No tenemos que recordarte con lágrimas de tristeza y desconcierto, sino con lágrimas de felicidad y las cosas buenas que aprendimos de vos. Bizarramente el ser humano a veces se “acostumbra” a las pérdidas, yo creo que en realidad tendemos a acostumbrarnos a la situación sacando lo mejor de ella y lo mejor de ella en este caso son las buenas cosas que hiciste vos y nos dejás una especie de “legado”. Creo que la mejor manera de mantenerte vivo sería juntarnos todos, tocar esa música que tanto amás, hacer una especie de “toque por el tore”. Como los clásicos toques que eran una especie de reunión de amigos disfrutando de buena música.

Esperemos volver a ver esos rulos sacando el fitito del frente de mi casa con maniobras sobrehumanas, cosa que nunca había visto. Una capacidad para maniobrar increíble (pocos entenderán, igual no importa. Esto no es para los demás, sino una forma de desahogo.)

 Se nos fue una gran persona, con mucho talento y futuro, muchos buenos, fieles y reales amigos, y sobre todo que irradiaba una gran alegría que infestaba a todos. Primera vez que un amigo y/o persona que aprecio y tiene me edad se va, es duro y difícil de aceptar.



Quizá el tiempo lo dirá todo, es una gran tristeza no haberme podido despedirme, me enteré tarde y por eso se debe más que nada mi mareo mental. No entiendo nada realmente, quisiera saber más, quisiera haberte conocido mucho más de lo que te conocí. Creo que con el tiempo se van a aclarar las cosas, pero vos tenés que saber que cada vez que toque ese primer tema vas a estar ahí. Todo esto fue escrito sin filtro, tal y como salió de mis manos. Un abrazo grande, me despido. Hasta siempre.